sábado, 9 de febrero de 2013

Historia de las carreras de caballos



Carreras de Caballo Las carreras de caballos son pruebas de velocidad entre dos o más caballos, normalmente de la raza pura sangre, que son conducidos o montados sobre una pista especial. Es uno de los deportes más antiguos y todavía popular en la mayoría de los países y, también, uno de los más organizados y comercializados. Conforma una industria enorme y floreciente.
Las carreras de caballos datan de hace 2,500 años, cuando los mongoles y los chinos se complacían con carreras de carros romanos. A mediados del siglo VI A.C., las olimpiadas en Grecia incluían carreras de caballos. En la antigua Roma, se celebraron carreras de caballos de forma ocasional, aunque las carreras de carros eran mucho más frecuentes. Las carreras de caballos actuales descienden directamente del siglo XVI D.C. en Inglaterra como una derivación de la caza. Los jinetes de esa época que cabalgaban con galgos, gustaban de comprobar la velocidad de sus caballos contra la de otros cazadores.

Todos los caballos de pura sangre modernos tienen como ancestros comunes a uno o más de los tres principales sementales: Byerly Turk, Darley Arabian y Godolphin Barb, que fueron importados a Gran Bretaña desde Oriente y norte de África entre 1689 y 1724. Cruzados con yeguas inglesas fuertes, dieron crías que poseían velocidad y resistencia.

En esa época nace una gran variedad de carreras. Existen diferentes categorías de carreras de caballo: las carreras en plano, carreras de vallas, carreras a campo traviesa, carreras parejeras, y carreras de trote y arnés.

La industria multimillonaria de las carreras de caballos se funda en el criador, el dueño, el entrenador, y el jinete. Lo que se requiere de un caballo de carreras es una conformación magnífica. Se busca el equilibrio y la velocidad. En el aspecto general se busca los buenos ojos y la agudeza. El temperamento del animal queda en un último plano.

En sus principios, los dueños criaban, entrenaban y competían con sus caballos. La combinación de dueño y criador estuvo vigente durante el siglo XIX. En el siglo XX se ha establecido la crianza por separado. Los dueños compran sus caballos como añales y los ponen a cargo de entrenadores quienes los preparan para las carreras. 


Los entrenadores preparan a los caballos para las carreras y se ocupan de mantener la condición de los animales durante su vida competitiva. Los entrenadores también seleccionan las carreras en las que deben participar los caballos, teniendo en cuenta factores como la distancia y la calidad de la competición. Igual que los jinetes, los entrenadores deben estar bajo contrato con un propietario determinado o supervisar caballos que pertenezcan a varios propietarios, y también, como ellos, reciben un porcentaje de las ganancias conseguidas.

Los entrenadores escogen a sus jockeys de entre los que forman parte de la cuadra o establo, o ya sea de los que se encuentran en listas independientes. Muchos jinetes tienen una altura promedio de 1,5 metros y la mayoría son delgados (sobre 48 kilogramos). Lo importante es que sean livianos y que se encuentren en muy buena condición física, ya que las carreras son fatigantes y un jinete en malas condiciones es perjudicial para el desempeño del caballo. Un jinete recibe un sueldo fijo más una prima adicional si gana una carrera.

La duración de la temporada y el número de carreras varía de unos países a otros, pero normalmente cubren varios meses y se realizan varias carreras en un día.

Las carreras de caballos siguen un procedimiento estrictamente organizado. Los caballos se ensillan y los jinetes los montan en los corrales a la vista de los espectadores. Ya montados, son conducidos hasta la salida y se colocan los caballos en los cajones de salida, que se encuentran dentro de la línea de salida. Cuando todos están colocados en su lugar, el operario encargado de dar la salida aprieta un botón que abre todos los cajones al tiempo.

Las carreras están controladas por jueces y registradas en una película. Además se utilizan células fotoeléctricas que miden el tiempo del caballo ganador en lugares específicos alrededor del hipódromo y en la línea de meta.

Para igualar la competición entre caballos de una clase determinada, cada animal tiene asignado un handicap o compensación de peso basado en factores tales como su edad, su sexo, sus récords anteriores y la experiencia del jockey. Se colocan barras de plomo debajo de la silla para igualar la diferencia entre el peso asignado y el peso del jinete.

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