sábado, 9 de febrero de 2013

ALIMENTACIÓN


La yegua gestante no debe sufrir ni carencias ni excesos, la alimentación debe ser especialmente vigilada a partir del 7º mes de gestación aumentándola progresivamente pero evitando los engrasamientos.


Una alimentación sana y equilibrada condiciona la vitalidad, la resistencia y el peso del feto, permitiendo un aumento de las reservas corporales para la lactación, y una mejor fecundidad después del parto, compensando la reducción de apetito que se presenta al final de la gestación, consecuente con la compresión del abdomen por el desarrollo uterino.

Una Alimentación regulada condiciona una mejor transición entre la yegua gestante y la yegua lactante. Debe evitarse toda administración  indiscriminada, oral o parenteral, de vitaminas o minerales “milagrosos”.

En caso de vermifugación, no utilizar productos que puedan ser tóxicos para el embrión (Benzimidazoles).

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